votar... para qué??

miércoles, 22 de octubre de 2008

El domingo hubo elecciones para Diputados Locales en Coahuila, México. Salí a votar, como cada vez que hay elecciones, incluso ese día recordé que no me he perdido ninguna, creo que soy la que le da más chamba al IFE al cambiar tantas veces mi credencial de elector.

Siempre he pensado que mi voto hará la diferencia, y que tengo la capacidad de cambiar el futuro de mi comunidad con tan sólo tachar un logotipo con un crayón gordo. Y fox me dio la razón. Ese día en mi familia tuvimos esa extraña sensación de una democracia consolidada, no nos despegamos del televisor hasta la madrugada y sonreímos mientras escuchábamos los ruidos de la gente que pasaba en caravana festejando “el cambio”. También me desvelé semanas enteras luego del 2 de julio de 2006, quería estar enterada y saber “antes que nadie” los resultados definitivos. Tuve los resultados, pero algo en el ambiente me gritaba que la democracia había sido un sueño, que las protestas amarillas tenían razón en dejarse escuchar y que todo el ambiente de incertidumbre había sido creado por quienes dirigían al país.

Hoy me he acostumbrado al bajo perfil de Calderón y a sus colaboradores que constantemente se ven mal; el Gobierno del Estado nos ha puesto en aprietos más de dos veces y también me parece cosa de nada, pero tenía una esperanza extraña: que el domingo 19 la pluralidad llegara por fin al Congreso del Estado. Fui víctima de los malos manejos del Gobernador y me entristeció que utilizara los recursos para actividades populistas que en nada ayudan a la sociedad, una de las maneras de contrarrestar las acciones sería pluralizar el Congreso y no se logró.

Sólo votamos el 40% de los electores, el resto se vistió de excusas y se quedó en casa, con los amigos, durmiendo o viendo el futbol. El abstencionismo es preocupante: en las campañas se derrochan los recursos con el pretexto de “hacer llegar las propuestas” a los ciudadanos… pero ¿cuáles propuestas? ¿acaso no se dan cuenta que lo que ofrecen es tan pobre que ni siquiera pueden convencer a la mitad de los registrados en el padrón de salir a votar?

Se lo dije a mi novio el lunes: un día no votaremos y sólo elegirá el 10% o menos, y entonces podremos hacer un golpe de Estado con la mano en la cintura porque simplemente, a pesar de demostrarlo en las urnas, tenemos un gobierno del que no estamos convencidos.

¿Anarquía? No, es simple desconfianza en esos pósters que vemos colgando de los postes de energía eléctrica, rostros que sólo muestran quién tiene el mejor diseñador a su servicio… no más…

Y de las familias involucradas, mejor ni hablar... como dice el hombre que me quita el sueño "cuando pienso que México no puede decepcionarme más, pasan estas cosas"...

ps. chido el poster de la Guzmán para las elecciones del 2006, ¿pero vale la pena pagar tanto para promocionar el voto teniendo candidatos tan malos?