Esperanza

lunes, 12 de mayo de 2008

Al revisar Reforma, como casi todos los días, me encontré con este artículo que me gustó. Muchas veces estamos tan contaminados de fraudes, corrupción, burocratismos, que se nos olvida que para todo hay soluciones, y que siempre hay oportunidad de cambio y mejora.

Espero lo disfruten.

Esperanza...

Juan Enríquez Cabot, 12 May. 08

Suena como chiste, ¿qué pasa si juntas alcalde forastero con empresario de provincia, cura ausente y un artista? Pero los resultados reales, en semana donde se acumulan cadáveres de policías y funcionarios cual triste pila de leña, le dan a uno cachito de esperanza...
Un buen día prominente y próspero empresario sinaloense de apellido Coppel, harto de tanto secuestro, muerte, desaparición, amenaza y levantón, acabó platicando con prominente escultor, Pedro Reyes. Pedro a la vez había estado tramando con uno de los políticos más extraños y extraordinarios del planeta, Antanas Mockus...Mockus, filósofo y matemático de profesión, desvió prometedor futuro académico para volverse alcalde de una de las ciudades más difíciles del planeta, Bogotá, Colombia. En 1993, nadie entendía por qué quería este puesto. Era ciudad asediada por el temor y la violencia. Después de tomar posesión, durante casi un mes, Mockus no hizo nada. Parecía hombre paralizado. Hasta que un buen día despidió a todo policía de crucero. Su lógica era: a) estos policías no son muy eficaces, b) nadie los quiere, c) en medio del endemoniado tráfico e inseguridad habría que generar algo de optimismo, humor y sonrisas. Acto seguido, Mockus sustituyó a los policías en cientos de cruceros prominentes con mimos. Los mimos no sólo guiaban interminable caravana de autos, motos, bicis y camiones. También entretenían, interactuaban, involucraban y hacían participar al conductor en gran obra de teatro cuya trama era llegar de un lado a otro. Unos mimos acabaron entrenando a otros hasta que salir a la calle normalmente engendraba una sonrisa, una sorpresa. Quienes violaban reglamento o no cooperaban no recibían multas sino se volvían los malosos de la obra, objetos de ridículo por parte de los otros participantes. ¿Conductor de tremendo camión bloqueaba calle? Mimo salía con corbatita de mono y tremendo letrero rojo que decía "¡¡¡Incorrecto!!!", apuntando una y otra vez a avergonzado conductor. También existía lado serio del programa, aparecieron grandes estrellas pintadas en todo pavimento donde conductores mataron a algún pobre ciudadano. Se redujeron las muertes por accidentes de tránsito a la mitad...
Una y otra vez Mockus usó actos artístico/teatrales para cambiar percepción y conducta. Enfrentando tremenda sequía, el señor alcalde y regente apareció en TV, desnudo en una regadera, mostrando que hay que apagar el agua en lo que uno se enjabona. Ésta, y otras campañas, redujeron el uso del agua en un 40 por ciento. En vez de pedirle a la ciudadanía denunciar a los taxistas abusivos, Mockus pidió se le reportaran los capaces de combinar honestidad, compasión y buen humor. Escogió a 150 choferes, nombrándolos Caballeros de la Zebra (por el color de los coches), y les pidió asesoría sobre cómo mejorar la labor de sus compañeros. Inició la noche de la mujer donde una noche cada semana el marido o compañero debía quedarse en casa cuidando hogar y enanos mientras su compañera salía a divertirse. Esa noche comandaba la policía una mujer, y cuidaban a las mujeres mil 500 mujeres policías. Hombre que salía a la calle en estas seis horas podía ser objeto de ridículo. Al ver que salían mujeres solas en la calle creció la percepción de que la ciudad se estaba volviendo más segura. Mejoró la calidad de vida, mejoró el humor. Se construyó un tejido cívico; 7 mil grupos comunitarios redujeron los asesinatos en 70 por ciento.Eventualmente la filosofía Mockus llegó a México gracias a una profesora de Harvard, Doris Sommer, quien juntó a Mockus con Reyes. Ex alcalde y escultor se pusieron a tramar. La pregunta de fondo era cómo empezar a reducir la violencia en México. Se les ocurrió que habría que reducir el número de pistolas, escopetas, metralletas y otro tipo de instrumentos asesinos. Buscaron patrón y patrocinador y acabaron con los Coppel en Sinaloa. Tiendas Coppel anunció que entregaría vales por estufas, microondas, refrigeradores, licuadoras y radios a quien estuviera dispuesto a entregar arma. Quedaba el pequeño detalle de que casi todas estas armas eran ilegales, por lo cual se decidió que uno de los puntos de intercambio, vales por balas, pudiera ser un confesionario...
Teniendo en mano mil 527 armas, y supervisado por el Ejército, Reyes usó tremenda aplanadora para deshacer armas. Acto seguido las fundió en la empresa, Truper. Salieron mil 500 palas. Reyes se puso a vender las palas como arte escultórico, con la condición de que quienes tuvieran escultura la usaran para plantar un árbol. Parte de las ganancias se las llevó el artista y parte se le reembolsó a Coppel. Intercambiar pistolas por palas no sólo demuestra espíritu bíblico, también resulta negocio útil y redondo tanto en lo social como en lo empresarial y artístico. Más seguridad, más árboles, más arte.Ahora cada protagonista de esta breve obra sinaloense sigue su propio camino. Reyes explora la intersección de la ciencia, el erotismo, el diseño, la soberanía y la vida espiritual del ser humano. Mockus quijotescamente busca la Presidencia de Colombia. Coppel sigue creando imperio económico. Sommer convence al mundo sobre la importancia del arte como catalizador del cambio. Pero los cuatro dejaron pequeña huella en México, ejemplo de lo que pueden hacer unos cuantos.En semana de bazucazos, de asesinatos por docena y horrores aparentemente interminables, es tal la provocación al Estado que se vislumbra tremenda escalada de violencia y represión. Se necesita y se justifica encontrar y castigar con extraordinario rigor a los asesinos de comandantes como Édgar Millán Gómez y Juan Antonio Román García. Pero mientras el Estado, Ejército y lo que queda de la policía no cooptada hacen su chamba, habría que recordar que ni el Presidente ni la policía ni un alcalde o góber pueden lograr todo cambio a madrazo limpio. Hay que usar la fuerza. Pero también hay que usar el arte, el ridículo, la cooperación ciudadana, el humor y el por las buenas.
No sólo hay que eliminar al maldito, y a tantos y tantos que quieren seguir el camino del maldito, también hay que reconstruir la confianza y el tejido social. Por cada Rudy Giuliani que llegue a dar clases de cero tolerancia también hay que traer a un Mockus. Si se pudieron reconquistar Bogotá, Cali y Medellín, pues también se pueden reconquistar Juárez, Mataulipas, Tijuana, Culiacán, Morelia, y tantas ciudades más, aparentemente ya perdidas. Pero para esto hay que recordar que la mayor parte de los habitantes son honestos, que sólo buscan mejor vida para sus hijos, que hay que saber reconquistar por las buenas a la mayoría a la vez que en lo oscurito la batalla también se dé a madrazo limpio.

Juan Enríquez Cabot, Presidente de Biotechonomy. Socio Excel Medical Ventures. Autoridad sobre el impacto de la ingeniería genética en la economía mundial. Autor de bestsellers mundiales sobre negocios e ingeniería genética y sobre la aparición y desaparición de países. Fue el fundador del Proyecto de Ciencias de la Vida en Harvard.

 
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