viernes, 4 de abril de 2008
Es primera plana, era de esperarse. Cemex, propiedad del mexicano Lorenzo Zambrano, opera en Venezuela 3 plantas de cemento, 29 de hormigón (concreto), 6 canteras, 12 centros de distribución terrestre y 4 terminales marítimas. Sus ganancias en el país sudamericano representan 4 por ciento del total mundial.
Según Reforma el Mandatario dijo antes de ordenar la medida "Vamos a nacionalizar la industria del cemento. Ya basta. Se llevan el cemento".
No intento internarme en el gobierno venezolano y su Presidente, tampoco en lo necesario que se ha convertido Venezuela para Cemex; lo que quiero tratar aquí es algo muy simple: la estadización vs la privatización.
Justamente hoy, viernes 4 de abril de 2008, los mexicanos nos "asombramos" de la decisión fascista de Hugo Chávez; pero, ¿no acaso muchos de los que se asombran son quienes se niegan a la supuesta privatización de Pemex?
Mi interés aquí no es tomar partido, ni enviar a todo el mundo mapas sobre la ubicación exacta de nuestro tesoro, o promover con los niños la corrupción mouriñista, no. Lo único que quiero saber es el porqué. ¿Porqué nos sorprende que un país "nacionalice" un producto o una materia prima? ¿Cómo es eso de que deseamos seguir viviendo ventajosamente de los otros y no queremos que otros tomen ventaja de lo nuestro? ¿Acaso sólo los mexicanos tenemos derecho a internarnos en las economías de otros países?
Quizá alguna de las respuestas sea que "Cemex es un gran competidor económico, y Venezuela lo necesita en el mercado", y probablemente sea cierto. Y esa probabilidad de certeza es la misma que se debe tener ante la incursión de empresas privadas en Pemex, donde todos salgan ganando y se tengan los recursos, quizá no para sacar ese tesoro tan publicitado, pero al menos para que sus trabajadores estén con las condiciones adecuadas y las herramientas y equipo necesario.
Si, lo sé, hay un montón de dinero que se está yendo hacia rumbos poco éticos, y creo es momento de castigar a quienes lo están saqueando. Pero mientras se deciden a castigar a los "compadres" (que probablemente no lo harán), hay que aprobar las reformas energéticas y buscar nuevas vías para un desarrollo mejor.
No nos escandalicemos por Cemex, tratemos de arreglar nuestros conflictos internos que de por sí son muchos.