Realidades distintas...

martes, 1 de abril de 2008

Visité el D. F. Siempre me sorprenden las realidades distintas de la vida cuando se cambia de ambiente y contexto. No vi ni un gramo de violencia (lo que no significa que no exista, obviamente); escuché la desilusión de algunos por el Presidente Legítimo y el circo de su partido; fuí partícipe de conversaciones donde el Presidente de México (el otro, el real) era descalificado totalmente en temas como la reforma energética, el caso Mouriño, o sus golpes de pecho en las misas dominicales que terminan siendo en vano con sólo salir al atrio de la iglesia. La realidad que se vive en el centro del país fue muy diferente a lo que esperaba, con razones difíciles de cuestionar y verdades más que palpables; un descontento enorme en el quehacer de la política y lo que parece surgir de ello.
No me sorprende que me sorprenda: vivo en una burbuja donde mi principal monstruo es el cacicazgo de la familia del gobernador; mi visión de Calderón se reduce a lo que los medios envían directamente a mis sentidos; cuando menciono "Mouriño" veo a un niño bien que se esconde de sus fantasmas y no a un corrupto que está a la vista de todos; mi concepto de política es un grano de arroz en una central de abastos.
Sin embargo, me apasionó que la vida me mostrara la otra cara, la más amplia, la que tiene de cerca la realidad que desconozco. Esa realidad a la que hay que escuchar porque tiene, coloquialmente hablando, los pelos de la burra en la mano.